Hablando sobre la importancia del aprendizaje en los chicos en fase de formación, me llama la atención la cantidad de entrenadores que aún se mantienen en metodologÃas y roles clásicos en el fútbol.
Cierto es, y darÃa para escribir una enciclopedia, que esta elección por su parte, puede venir provocada por toda una serie de patrones y creencias que tienen al respecto de su labor como entrenador.
Si hiciéramos una encuesta, la gran mayorÃa de vosotros asegurarÃais que vuestro propósito es formar a niños (adolescentes), y convertirlos en mejores personas y jugadores de fútbol.
Y esto, que en el fondo quiero pensar que es verdad, está contaminado y saboteado por una serie de bloqueos y resistencias del entrenador que hacen, que llegado el momento de la competición, se nuble la vista, y la parte irracional (inconsciente o animal) tome el mando.
La falta de confianza en aquello que hacemos, debido a que no lo tenemos alineado a ese propósito que hemos definido antes, hace que incluso 130 años después de haber rodado el balón por primera vez en la historia, el resultado final de un partido tenga más importancia que todo aquello que hemos realizado.
Si como entrenadores tenemos claro que el desarrollo de los chicos es nuestro propósito, ¿qué rol elegimos en todo el proceso? Tomemos como ejemplo los iconos de Mourinho y Guardiola. Maneras opuestas de llegar a un resultado. Ambos cumplen su propósito, pero ¿De qué manera lo realizan? ¿Qué orientación en su trabajo diario tienen? Si lleváramos sus metodologÃas a las fases de formación, ¿cuál serÃa más cercana a lo que queremos con los chicos?
Los entrenadores son conscientes del momento en el que viven. Cada dÃa, debido a la época de la información en la que estamos, la adaptación de sus metodologÃas y mejora continua es una realidad, aparte de casi necesidad, como asà lo hacen. El rendimiento o los resultados ya hoy se quedan cortos, y la búsqueda de la excelencia es la piedra filosofal. Pero en esa lÃnea de desarrollar a los jóvenes, ¿cuánto control estamos incidiendo sobre el proceso? ¿Cuánta autonomÃa estamos depositando en el futbolista?
Venimos de un sistema educativo en el que incluso hoy en dÃa, la enseñanza sigue siendo magistral, con la figura del profesor en una posición muy por encima de los alumnos. Esto hace que para nada se vea esa fórmula como errónea, debido a que nos hemos educado asà por generaciones en los dos siglos pasados.
Pero, ¿Y en el fútbol? ¿Se sigue este patrón en el que el futbolista a nivel de aprendizaje, al igual que los estudiantes, sigue en una posición pasiva?
¿Qué cantidad de instrucciones recibe? ¿Qué nivel de creatividad tiene? ¿Cuánta autonomÃa tiene? ¿Es absolutamente libre de tomar sus decisiones? Se le forma preparándole continuamente para un escenario esperado, cuando la realidad es que, un partido de fútbol, al igual que la vida, es de todo menos lo que esperamos.
En este punto es conveniente que chequee como entrenador si la metodologÃa elegida está llevando a mis futbolistas a que puedan resolver con suficiencia, independencia y confianza esos momentos, haciéndolos responsables de sus decisiones, y no dependientes de las órdenes del mÃster.
Porque al final, es el jugador el que se enfrenta al reto, a tomar la decisión correcta, y a ejecutarla de manera acertada, ya sea un marcaje, un remate, un cambio de orientación, un lanzamiento de golpe franco, una parada…etc.
Entrenador, si quieres de verdad un equipo competitivo, fuerte, confiado, motivado, unido, que se adapte a todas las circunstancias, empieza por ver de qué manera puedes convertirte en el guÃa de su aprendizaje adaptado a los tiempos que corren. Para que el crecimiento y desarrollo de tu futbolista se produzca, y por ende el de tu equipo, conviértelo en protagonista de su proceso de aprendizaje, y no en un receptor pasivo de tus instrucciones.
Hazlo, y te sorprenderá el nivel que alcanzarán. Nunca defraudan.
Goyo Chanfreut
Coach
@Goyochanfreut